martes, 30 de octubre de 2012

Cambio y Aprendizaje


Robert Blake psicólogo especializado en el estudio del desarrollo de las organizaciones, concibe el aprendizaje como:

"Un cambio adaptativo que se expresa a través de una conducta de la persona, la cual tiende a perdurar y que se produce en su interacción equilibrada con el medio tanto físico como social".

Ya vemos que aprendizaje y cambio son elementos intrínsecamente vinculados.

El aprendizaje debe conducirnos a gestionar, anticipándonos al cambio en lugar de abordarlo cuando llega la crisis. Pero, para ello, necesitamos identificar a tiempo los cambios que sobrevienen en nuestro entorno.

Como ya contáramos antes, el futuro ya no es un panorama predecible en función de los acontecimientos pasados, ni siquiera de los presentes.
Por eso, hoy "prepararse para el cambio" tiene una connotación cualitativamente distinta a la que pudo haber tenido en otra época.

Cuando las tareas que describen un puesto de trabajo se hallan sujetas al avance tecnológico y a los adelantos del conocimiento tan intensamente como en la actualidad, la única forma de disponerse para los desafíos próximos parece ser el desarrollo de herramientas que garanticen el aprendizaje continuo.


En este contexto la capacitación aparece como la mejor opción y como una oportunidad de cambio y actualización laborales. Esa actualización profesional puede definir la diferencia entre la eficacia y la eficiencia. El mayor aprovechamiento de los recursos con los que contamos y la optimización del tiempo son competencias que condicionan nuestro desempeño laboral.

Pichón Riviere por su parte, desde la Psicología Social, concibe al aprendizaje como una apropiación instrumental de la realidad, para transformarla y a la vez, ser transformado en ese proceso. Apropiarse instrumentalmente significa hacer propio algo aprendido para, posteriormente, poder utilizarlo aplicándolo en una relación transformadora.
Este proceso implica la modificación de viejas estructuras por otras que contengan una nueva lectura y nuevas formas de actuar sobre el entorno. en suma, la visión pichoniana supone que el hombre es un sujeto eminentemente activo, protagonista de sus aprendizajes y de su realidad.

Ahora bien, frente a estas exigencias de adaptación es que emergen dos miedos básicos:

1- Temor a la pérdida de los vínculos anteriores.

2- Temor al ataque de la nueva situación, en la que el sujeto no se siente aún instrumentado.


Para Pichón Riviere, el hombre se da en una situación, el aquí y ahora, como relación modificadora y modificante. esta concepción plantea el acceso al conocimiento como un procesos en el que se atraviesan tres momentos:


Momento Sensible
Constituye la primera instancia, en la que se perciben los aspectos exteriores del objeto de conocimiento.

Momento Lógico
Constituye el momento en que se conocen los aspectos o leyes internas del objeto, produciéndose un pasaje de lo externo a la comprensión de las leyes internas. Se produce entonces un cambio cualitativo respecto del primer momento.

Momento Práctico
Momento relacionado con la operatividad, ya que a partir de procesos de descubrimiento e integración, el conocimiento aprendido se aplica activamente en la realidad que lo rodea.

Estos momentos actúan en toda situación de aprendizaje de manera dialéctica, en donde la historia y el presente ocupan un papel relevante; y siempre en el marco de las relaciones sociales que el sujeto va configurando, la que lo llevarán a elaborar su representación del mundo.

Ante cada contacto con el objeto de conocimiento, ante cada exigencia adaptativa, hemos ido elaborando, afianzando o modificando un modelo, una actitud de encuentro con el objeto, un estilo de aprendizaje que se constituye como nuestra modalidad de relación con la realidad, con nosotros mismos y con los otros.


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